Los experimentos de geoingenería están afectando el ambiente, ya que manipulan los
procesos naturales, como la reducción del impacto del cambio climático. En particular la técnica denominada "fertilización
oceánica", la cual, hace referencia a un conjunto de propuestas para hacer crecer el fitoplancton de forma masiva, vertiendo nutrientes al océano. En Canadá, unas personas dispersaron sulfato de hierro en el océano Pacifico con el fin de provocar el florecimiento de un
alga especifica para disminuir el contenido de CO2, lo cual había
alejado los salmones. Otra práctica inadecuada, es pintar los techos de
blanco con el fin de reenviar y contrastar los rayos solares para bloquear el
calentamiento terrestre.
Fertilización oceánica realizada por científicos alemanes |
Afortunadamente, se están tomando medidas para
controlar y/o prohibir estas técnicas. En el caso de la fertilización oceánica,
se impondrá una reglamentación por
ciertas enmiendas al Protocolo firmado en Londres de 1996, vinculado a la Convención
del 1972 sobre la lucha contra la contaminación marina a través de la
introducción de residuos, llamado comúnmente “dumping”. Lo anterior demuestra
que este Protocolo continua siendo uno de los instrumentos internacionales de regulación
más avanzado en relación con las actividades humanas en el ambiente marino.
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