Los manglares, formaciones de árboles y arbustos que crecen en suelos salinos de zonas intersticiales de regiones tropicales y subtropicales, es uno de los ecosistemas más productivos
del planeta. Particularmente, se encuentran en deltas de ríos, estuarios y áreas costeras. Este ecosistema provee
beneficios ecológicos, como hábitat para numerosas especies juveniles ya que
encuentran comida y protección; también presenta ventajas económicas, porque
muchos peces y crustáceos de importancia comercial se desarrollan allí; por
otro lado, es vital para las poblaciones locales, ya que se abastecen de madera, previene la erosión de las costas, almacena y recicla los
desechos y contaminantes de origen humano.
El enriquecimiento de nutrientes es una de las amenazas
más importantes observadas cerca a los ecosistemas de playas costeras. Las
consecuencias de la eutrofización son: 1) los bloom de algas, 2) la
degradación de arrecifes de coral, 3) la pérdida de la diversidad y resiliencia
de los ecosistemas y 4) el desarrollo de zonas muertas.
En el caso particular de un aumento de la disponibilidad de
nutrientes, las plantas de los manglares invierten menos en el desarrollo de las raíces y más en las partes altas, registrando mejores tasas de crecimiento. Por ende, los manglares son más susceptibles
a estresores ambientales, como la sequía, mostrando una mayor mortalidad en
este periodo. Para evitar este resultado, sería necesario una grande inversión en
las raíces para una mejor tolerancia. Además, la eutrofización trae como
resultado una inestabilidad dentro el ecosistema de manglar, siendo menos
resiliente a cambios ambientales.
Referencia